El sargento estadounidense Robert Balas, es acusado de la masacre de 17 civiles afganos en la provincia de Kandahar el pasado 11 de Marzo, según fuentes del Pentágono. Ahora el soldado se encuentra en la prisión de Fort Lavenworth (Kansas) mientras se estudia la posibilidad de abrir un consejo de guerra.
Las muertes de estos civiles se produjeron en la madrugada del 11 de Marzo en el distrito Panjwai de Kandahar, esta matanza fue cometida presuntamente por Robert Balas, el cual al parecer irrumpió en varias viviendas de Panjwai disparando a los civiles, entre ellos nueve niños. Por esta razón el sargento se enfrenta a 17 cargos por homicidio, uno de homicidio en grado de tentativa y seis de asalto, según un funcionario de la cadena de televisión estadounidense NBC que prefirió permanecer en el anonimato. También puede enfrentarse a varios cargos por agresión, según informó la emisora CNN.
El sargento Robert Balas a la izquierda/ REUTERS |
Tras estos hechos, el sargento Robert Balas fue trasladado a Kuwait donde se le destinó a una prisión de seguridad media en Kansas, considerada también la principal instalación penitenciaria militar del Departamento de Defensa.
John Henry Browne, abogado del acusado, asegura que su cliente no recuerda los hechos que cometió y no ha confesado aún ser el autor de la masacre. Varios factores apuntan que el alcohol y el estrés han podido estar detrás de sus actuaciones, según declaró un funcionario estadounidense al diario New York Times. Además algunas fuentes apuntan a que el soldado podría sufrir problemas psicológicos.
Aún no hay certeza de que se vaya a producir un consejo de guerra, ya que antes han de estudiar si hay pruebas suficientes y si el acusado está capacitado psíquicamente para ello. El jefe del Pentágono Leon Panetta reconoce la posibilidad de la pena de muerte, y tampoco excluye una posible cadena perpetua para el acusado.
Asimismo, la comisión del parlamento afgano responsable de investigar estos hechos, ha implicado también alrededor de 20 soldados estadounidenses en el ataque a los civiles, en contraste con la versión oficial que dan los medios estadounidenses. Por otro lado se han ido sucediendo protestas de la población afgana exigiendo que el culpable tenga un juicio público en Afganistán.
Estos acontecimientos, junto a la quema de ejemplares del Corán en la base-prisión militar en Bagram que se ocasionó varias semanas antes, han afectado negativamente a las relaciones entre Washington y Kabul, poniendo en vilo a la opinión pública internacional acerca de las reacciones que puedan provocar estos asesinatos y la ruptura de las alianzas de EEUU con Afganistán en un contexto crítico de política internacional hacia este país.
Escenario de los asesinatos de varios civiles en Afganistán/Foto: AFP |
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